Para abordar este tema, debemos comentar que las lentes esclerocorneales son lentes de contacto que van apoyados en la esclera del ojo (zona blanca del ojo), y existen en el mercado óptico hace ya mucho tiempo. Con el correr de los años se ha avanzado mucho en cuanto a materiales se refiere y son lentes óptimas para varias patologías.
El material de las lentes esclerales es el mismo que el de las lentes gas permeables, que tienen una alta permeabilidad al oxígeno. Son lentes más grandes que el diámetro de la cornea, con lo que el apoyo es escleral. Esta parte de la anatomía ocular, tiene menos sensibilidad que el resto de la cornea, así que terminan siendo más cómodas que las de apoyo corneal.
Están indicadas para pacientes con diferentes patologías, como alto astigmatismo, miopía, hipermetropía y queratocono.
Son lentes que se estabilizan muy bien debido a su tamaño, tienen una zona óptica más grande que las gas permeables convencionales, con lo que la visión es de alta calidad, y no se caen, por lo que se pueden indicar para deportes, sin peligro de que se salgan del ojo.
Además, están indicadas para pacientes con ojo seco severo, patología que se convierte en un gran problema en el día a día por la constante incomodidad y picor ocular que genera. Ante esta situación, las lentes esclerales están especialmente indicadas porque, al ser más rígidas y grandes, pueden llenarse de lágrima artificial, creando un reservorio que mantiene el ojo permanentemente húmedo y terminan resultando muy cómodas.
Es fundamental que probemos las diferentes opciones disponibles para el tratamiento de una patología, para así poder obtener los mejores resultados y la comodidad que necesitamos para una óptima salud visual.