Es importante recordar que la vista es el más importante de los cinco sentidos que tenemos y también el más complejo. Una visión saludable implica la combinación de agudeza y comodidad visual, protección de los rayos UV y del resplandor de luz brillante a largo plazo.
Todo esto es especialmente importante para los chicos, que viven actualmente una sobreestimulación audiovisual experimentando el deterioro de sus sentidos. La falta de atención, concentración y mala conducta pueden ser algunas de las consecuencias derivadas de una visión inadecuada.
Tenemos que saber que el 80% del aprendizaje del ser humano se realiza a través de los ojos durante los primeros 12 años de vida, y nuestra recomendación desde la óptica hacia a los padres es de llevar a sus niños a un médico oftalmólogo una vez por año, para realizar un examen completo de la vista.
En los niños el control a la exposición solar debe ser muy riguroso, ya que reciben en promedio tres veces más radiación UV anual que los adultos.
Demasiada exposición al sol puede aumentar la posibilidad de que los ojos de los niños sufran serios daños como la degeneración macular. De hecho, el 80% del daño a la visión ocurre antes de los 18 años, por eso es importante tomar precauciones a temprana edad para proteger los ojos y la delicada piel alrededor de ellos.
Usar lentes adecuados que bloqueen el 100% de los rayos ultravioleta (UVB), o lentes polarizados, es una excelente decisión.
Así como cuidamos su piel del sol, debemos cuidar sus ojos.
La radiación UVA actúa por absorción a nivel de la cornea, pudiendo provocar cataratas prematuras, por efecto acumulativo.
Existen filtros que podemos aplicar a los cristales de los lentes de sol, con el fin de adaptarlos de la mejor forma a su vida cotidiana:
Ámbar: posee más tolerancia y no altera los colores
Verde: no altera los colores naturales, pero mejora los contrastes
Amarillo: Se recomienda para los deportes y para visión nocturna
Polarizados: Reducen el encandilamiento o deslumbramiento. Muy recomendables para usar cerca de superficies reflectantes, como el agua, arena, nieve y hielo.
La prevención es, como en el resto de las ramas de la medicina, el principal aliado para una óptima salud visual.